Hoy me he acordado mucho de un post que había escrito hace bastante. No surgió de ninguna inspiración en particular, pero estaba frente al ordenador, y hacía tiempo que quería escribir un post así...y lo acabé escribiendo, es corto, quizá demasiado, pero expresa mucho más que otros que son largos. Me trae buenos recuerdos, no sé por qué, supongo que por el simple hecho de haberlo escrito.
4/06/07
Ése momento, único e irrepetible...Es una tarde de primavera, pero gris, sin viento.
En esa calle ovetense. Silencio. Como si alguien se hubiera llevado las palabras, los murmullos, los suspiros...
La gente pasa; viene y va, no se para a mirar a nadie ni a nada. Se ven caras apagadas por doquier.
Dos personas, sentadas, se miran. Con una de esas miradas que no se puede interrumpir, que quizá sea eterna, quién sabe. Un murmullo apenas audible entre ellos dos existe, quizá un "te quiero" o quizá un "nunca me iré de tu lado"..Sus manos están entrelazadas, apretadas, como pegadas eternamente. Sus rostros -aunque serios- tienen una expresión de paz eterna. Algo fluía dentro de sus cuerpos, quizá una felicidad inesperada, por el simple hecho de estar allí. Empieza a llover, y pese a que el ajetreo de la calle está más presente no se mueven.
Se miran y nada más, se besan y nada más.
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