Ayer corría bajo la lluvia, con una bolsa de tres kilos en mi mano derecha, y sin un paraguas que me abrigara, mientras mis pantalones cogían más peso por el agua que caía estrepitosamente...ayer escribía como otros tantos días, sobre un amor posible, sobre la calidez de vidas llenas de felicidad...
¿Pero acaso sería posible eso?
Hoy hace un sol resplandeciente, y mi piel nívea absorve ese calor. Pero tengo frío, demasiado frío.
¿Y acaso es verídico un amor posible que uno imposible?
¿Acaso hay más familias felices que rotas?
¿Acaso todos pueden sentir calor cuando hace Sol y veinte grados?
No.
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