miércoles, 22 de agosto de 2007

Ése extraño ruido.

[Pésimo título]
Bueno, pues yo decía que no tenía inspiración (y es verdad) pero en mis largas horas de insomnio tengo que dedicarme a algo, y un relato corto (aunque malo) es lo mejor.
Es de ayer, mejor dicho de hoy...a las tres y media de la mañana (menudas horitas para escribir...)
Está 'inspirada' en la más que fabulosa historia de "El Cuervo" de mi adoradísimo Edgar Allan Poe. Y aunque trata ser de terror sólo llega a inquietud (poca), pero en la época de Poe ya se sabe que todo tenía su terror así que no se hable más...


A la tenue luz de un flexo levemente entornado la cara de una persona yace iluminada, es la de un hombre joven y robusto, de barba incipiente, vestido informalmente, descansando sobre su butaca, en un solitario apartamento de la periferia de la capital española.
Anochece, y sus risueños ojos contemplan desde la ventana semi abierta a una joven pareja durante un paseo romántico.
Sobre su regazo, descansa un libro de ya olvidada filosofía, abierto por la página seis, en la que un retrato de Descartes le contempla con el peculiar brillo que alumbra sus ojos, en los que se escondían millones de preguntas y tan sólo una decena de respuestas, mientras un título a su lado reza “pienso, luego existo”.
Sus pensamientos vagan por otras dimensiones y universos, perdidos en la infinidad del cielo que se alzaba sobre él. Su ensoñación se ve irrumpida por un ruido, ni él mismo sabe decir si sonó en el piso de abajo, en el piso de arriba, o incluso en su propia puerta.
Será el viento moviendo las ramas de los árboles, se dijo.
Regresa a los mundos lejanos establecidos en sus pensamientos, cuando otro ruido lo hace levantarse de la butaca.
O, será un bándalo juvenil, con sus numerosos pircings queriendo transformar mi calma en simple inquietud, razona para sí.
Y otro ruido en el piso de arriba, y otro en el de abajo.
Decidido a saber quién o qué hacía ruido, se dirige sereno hacia la puerta de su apartamento, exactamente a cuatro metros de la butaca en la que antes descansaba.
Pero cuán fue su sorpresa al abrir la puerta…
Silencio y nada más.
Silencio y nada más, se dijo.
Y esperando volver a la tranquilidad, cierra la puerta. Y abre la ventana para que el aire fresco le devuelva su cordura.
El sonido se repite, y esa vez ya en su propia casa, en la infinidad de su pasillo. Otro sonido hueco, y otro más.
Y las luces se apagan repentinamente.
Oscuridad y nada más.
Oscuridad y nada más, se dijo.
Su pasillo, austero y de techo alto sólo es iluminado en el primer tramo, por la escasa luz que procede de la calle. Más allá, una oscuridad más profunda que la del universo se extiende a su paso.
Una luz parpadeante aparece al fondo, donde su habitación abierta se comunica con el infinito pasillo. Se le encoge el corazón.
Son las luces de un coche, se intentó tranquilizar.
Y a su paso las luces parpadeaban más y más. Otro golpe. Esta vez procedente del baño cada vez más cercano.
Traga saliva y abre la puerta, y un escalofrío recorre su cuerpo. Sin saber por qué, cierra de un portazo y se encamina hacia su habitación.
Silencio y nada más.
Silencio y nada más, se dijo.
Y olvidando todo lo que escuchó, llega a la conclusión de que la luz regresará cuando los técnicos reparen la posible avería que ha tenido lugar en su piso, y que los ruidos acabarán por la mañana, cuando los jóvenes del 1º B den por finalizada una posible fiesta de la cual hasta el ruido se filtra por las cañerías y traspasa las paredes.
Abatido por su propia inopia y cansado por las largas horas de lectura, cierra la puerta de su habitación, olvidándose de todo lo que deja atrás, y se tumba en su cama.

Y cuando por fin sus ojos comienzan a cerrarse, anhelando un sueño profundo, se percata de que el pomo de la puerta está girando lentamente, con un chirrido casi imperceptible.

1 comentario:

Alberto Chilet Rumí dijo...

muy bueno este ralto en serio. Quien será quien vaya a entrar? Por cierto el estilo de escritura de este relaot es digno al del mismísimo Poe, en serio muy bien. Gracias por tu comentario en mi blog, tenía la esperanza de que tú si que lo leerías, gracias. besos!